Había una vez una mujer, que tenia como mascota una hermosa serpiente, desde pequeña se había encariñado con ella, la alimentaba, la cuidaba, la sacaba a pasear al patio de la casa, con el pasar del tiempo fue encariñándose con ella, la amaba mucho. Al pasar el tiempo la serpiente creció 7 pies de largo, curiosamente un día dejó de comer, luego de varias semanas de querer alimentarla sin resultado, la llevó al veterinario para ver que sucedía con su mascota tan mimada y apreciada.
La mujer le explicó la situación y el veterinario le dijo “ya veo”...
Déjeme preguntarle algo: "¿la serpiente duerme con usted o a estado muy pegada a usted estirándose cada vez que esta acostada?"
Ella dice, si todos los días y me pone triste no poder ayudarla a sentirse mejor.
El veterinario le dice: "Señora la serpiente no esta enferma, se esta preparando para comerla a usted, se le pega todos los días para saber que tan larga debe estar y no ha comido para tener suficiente lugar para poder digerirla..."
Moraleja: Tenemos que reconocer que no porque tengamos personas muy cercanas, no estén preparándose para devorarnos. Hasta Judas dio un beso antes de la traición.
Y... ¿tenes alguna serpiente que esta cerca de vos?
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