Hay gustos para todos y que mejor ejemplo de quienes gozan sexualmente con la gordura de su pareja, muchos lo llaman fetiche sexual, pero realmente esta preferencia es conocida como anastimafilia. Esto no es bueno ni malo, simplemente es una preferencia física tan válida como cualquier otra.
Se trata de un placer muy visual, así que lo más importante para quien disfruta de él, es contemplar en todo su esplendor el cuerpo obeso de su pareja.
Las posturas sexuales son bastantes reveladoras, dejan ver con más notoriedad las caderas anchas, los glúteos prominentes y los senos desproporcionados de la chica.
También llega a ser muy placentero para muchos sentir el peso monumental de la pareja encima de ellos. Esto reafirma que están teniendo sexo con una persona de grandes dimensiones, así que la simple presión corporal puede resultar excitante.
La anastimafilia tiene entusiastas o seguidores en todo el mundo. Esto explica la existencia de revistas como “Dimensions Magazine”, la cual satisface la admiración por las gorditas y brinda sus portadas a mujeres con bastante sobrepeso vestidas provocativamente.
Más allá de anastimafilia
Tan grande es el número de seguidores que existe una comunidad en Facebook llamada “Me gustan las gordas y qué”, a través de la cual, los usuarios comparten fotografías de chicas que tampoco tienen las “medidas perfectas”, pero que les resultan totalmente sexys.
El lado negativo de la anastimafilia es que sus detractores la consideran un gusto peligroso, ya que muchos de sus fanáticos no solo disfrutan de tener sexo con personas obesas, sino que son ellos mismos quienes promueven la obesidad de sus parejas y las animan para que engorden cada vez más, hasta extremos negativos para la salud.
Existen personas que pueden perjudicase o perjudicar a otros debido a esta filia sexual; pero también hay muchos que la mantienen en un límite saludable y su disfrute no causa daños de ningún tipo.
Fuente: Terra
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