Estos microorganismos están presentes en casi todas partes, pueden sobrevivir a diversas condiciones e, incluso, en nuestro cuerpo cohabitan millones de ellas sin darnos cuenta.
Contrario a lo que se cree, tener ciertos tipos de bacterias es provechoso para el organismo porque son necesarias para su buen funcionamiento y permiten el equilibrio natural de nuestros sistemas.
Sabemos que muchas son responsables de infecciones y enfermedades; sin embargo, la mayoría de las bacterias nos proveen varios beneficios derivados de funciones como:
- Fermentar los residuos de nuestra dieta.
- Transformar la energía.
- Producir ácidos grasos.
- Proteger al organismo de las bacterias dañinas.
- Estimular nuestro sistema de defensa.
- Producir vitaminas B y K (previenen las hemorragias, fortalecen los huesos, estimulan el sistema inmunológico, descomponen las grasas, etc.).
- Evitar la pérdida de minerales en nuestro cuerpo.
Su acción fuera de nuestro organismo también es clave al:
- Colaborar con la biodegradación de los residuos.
- Fertilizar la tierra y combatir ciertas plagas.
Las bacterias en su intestino: los microorganismos que viven en el conducto digestivo son conocidas como flora intestinal; estas ayudan a:
- Digerir adecuadamente los alimentos.
- Aprovechar al máximo todos los nutrientes de la comida.
“Cuando la flora intestinal se resiente debido al consumo de antibióticos o a episodios de diarrea, el estómago o los mismos intestinos quedan propensos a infecciones producidas por agentes externos”, explica el medico biológico Jhann Arturo.
Las bacterias en su piel: ayudan a mantener un pH neutro para que las capas dérmicas estén protegidas contra la invasión de microorganismos que puedan ser nocivos.
Cuando lavamos demasiado nuestra piel, dejamos nuestra dermis desprotegida, destruyendo las bacterias buenas y permitiendo que las malas afecten nuestro cuerpo. Recuerde el sabio dicho: “Todos los excesos son malos”.
Las bacterias en su boca: una exagerada limpieza de la boca afectará el pH de la saliva dejándola a merced de bacterias nocivas. Lo importante es mantener el equilibrio de todos los elementos que conforman nuestro organismo.
Lo cierto es que la mayor parte de estos microorganismos son benéficas y ayudan a mantener el correcto equilibrio de nuestro cuerpo. Por eso, lo mejor es también mantener el balance en los hábitos de higiene.
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