Este artículo esta dedicado al único Reiki que conozco, el de Mikao Usui. Desconozco los otros tipos de reiki que promocionan por ahí ya que son solo copias acomodadas a intereses comerciales y que no buscan; como lo propuso el doctor Mikao Usui cuando lo creó, el bienestar de quien recibe y de quien da. Si te estás planteando aprender Reiki (el de Mikao Usui) o que te hagan un tratamiento, seguramente la primera pregunta que te haces “¿De verdad que funciona el Reiki?” y mi respuesta corta es SÍ. Sin embargo, no siempre funciona así como así de primeras para todo el mundo. La respuesta a la pregunta de si funciona o no el tratamiento de Reiki está en el propio paciente.
Cuando te das sesiones de Reiki, sea acudiendo a un terapeuta o haciéndote autotratamientos, si ves que no funciona mira en tu interior; aquí tienes 5 razones por las que el Reiki no te funciona:
1. TU ACTITUD: La actitud: tú (el paciente) debes querer sanarte. La energía sanadora va más allá de lo físico. Está más que demostrado científicamente que tus pensamientos pueden alterarte físicamente, incluso pueden alterar tu ADN. Así que, para que la verdadera sanación ocurra, para que el Reiki funcione, primero tienes que cambiar tu forma de pensar. Porque tu terapeuta o tú mismo se pueden fundir los plomos dándote Reiki todos los días, pero si sigues pensando erróneamente, si sigues teniendo creencias que te hacen sufrir, entonces el Reiki (ni ninguna pastilla, ni nada de nada) te ayudará a curarte.
LA SOLUCIÓN = SONRÍE: Sonríe aparte de seguir dándote Reiki todos los días, aunque sea un poquitín (recuerda que la Sra. Takata decía “más vale un poco de reiki que nada de Reiki”). Tu actitud tiene un gran efecto en tu sanación. Los altos niveles de ansiedad, miedo, preocupaciones, enfados, frustración, etc., minan tu salud física y mental. Procura poco a poco cambiar todas esas emociones, por ejemplo siguiendo los 5 principios de Reiki, visualizándote con una salud de hierro, practica mindfulness, utiliza afirmaciones positivas, recurre a las Esencias Florales como complemento.
2. PERMITE: Gran parte del proceso de sanación es permitir que el proceso funcione; no te cuestiones si está funcionando o no (aunque no sientas nada). Relájate, procura vivir en el “aquí y ahora”, en el “sólo por hoy”. Evita preocuparte por tu salud o darle vueltas sobre si te curarás o no ya que el miedo te bloqueará aún más. Por un lado el Reiki te hará mucho bien nada más terminar la sesión, pero si continúas teniendo pensamientos negativos, te volverás a bloquear. Sé que es difícil no preocuparse y más cuando tienes dolores que te impiden llevar una vida normal, pero tienes que ayudar al Reiki con pensamientos positivos, ¡no te queda otra!
3. CAMBIOS SUTILES. La sanación con Reiki no es siempre instantánea. Estamos acostumbrados a tenerlo todo ya; a que cuando nos tomamos la pastillita para el dolor de cabeza, se nos quita enseguida. Pero esa pastilla es sólo una curita ya que si sigues con las mismas pautas (preocupaciones, enfado, poco descanso, mala alimentación…) que te provocan el dolor de cabeza, pues volverás a tenerlos una y otra vez. El Reiki va más allá, va a la causa que provocó ese dolor de cabeza y pueden pasar semanas hasta que el Reiki alcance la verdadera causa que te provocan los dolores/sufrimiento/baja energía/malestar. Y como ves que tardas en ver resultados, entonces te frustras y piensas que el Reiki no está funcionando.
No busques resultados inmediatos; puede que los veas o puede que no. Deja que la energía funcione sola, a su ritmo. Si sólo te fijas en los síntomas físicos, no estás viendo todo el panorama.
4. TU APRENDIZAJE: Aunque no lo entendamos en un principio, a veces tener una enfermedad nos da un empujón grande para nuestro crecimiento personal, es decir, nos una lección de vida. Aunque parece injusto, ya sabes que aprendemos a base de palos (¡ojalá fuera con alegrías!) y la enfermedad nos ayuda a preguntarnos por qué, qué lección tengo que aprender de esta enfermedad y encontrar una respuesta espiritual. Aparte del Reiki, te ayudaría mucho meditar y pedir ayuda a tus guías para comprender qué lección te quiere enseñar tu enfermedad.
(Recomiendo leer el Libro "La enfermedad como camino" que puedes descargarlo haciendo clic aquí.)
5. ARMONÍA CON EL/LA TERAPEUTA DE REIKI. Asegúrate que te gusta el terapeuta, que sientes afinidad. Si no resuenas con el terapeuta, si hay algo en él o ella que no te gusta, la eficacia del tratamiento se puede ver bloqueada (por tu mente); aunque el terapeuta sea buenísimo con otra gente. Yo te sugiero que cambies de terapeuta, que no te dé apuro, no le debes nada a nadie porque aquí lo importante es tu salud.
En resumen, ten paciencia que ya verás que siguiendo las recomendaciones de arriba, cambiando de actitud, verás como el tratamiento de Reiki sí que funcionará y te ayudará infinitamente a estar mejor a nivel físico, mental y espiritual. Y ya sabes, si tienes alguna duda, déjala en los comentarios para que todo el mundo se pueda beneficiar de la respuesta. También te invito a compartir el artículo en las redes para ayudarme a difundir el Reiki de Mikao Usui.
Un Abrazo Mágico Enorme lleno de Energía Positiva.
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