Su nombre es Rebeca y tiene 50 años.
Tiene 50 pero la cantidad de dietas que ha hecho en su vida casi triplican su edad. Ella es una de esas personas que se sabe todas las dietas y hasta las que no se han creado. Sin embargo, el vasto conocimiento que tiene no lo expresa mediante su figura. Tiene sobrepeso, su eterna lucha, y siempre ha estado en un eterno subir y bajar de peso a lo largo de su vida.
Rebeca siempre comienza con entusiasmo. Como un niño cuando le dicen la palabra "jugar". Le brillan hasta los ojos. No obstante, como a la semana se comienza a aburrir y para. Vuelve a sus viejos hábitos o costumbres. Luego de dos meses comienza nuevamente, esta vez dura dos semanas enfocada, pero para de nuevo. Luego de un año comienza otra vez y esta vez sí dice que será en serio, pero al mes para y se sale.
Esta situación sucede con mucha frecuencia, no sólo en lo que se refiere a dietas sino en cualquier cosa que emprendamos. Lamentablemente estamos en una sociedad que sigue creyendo que con poseer sólo el conocimiento ya se alcanzarán los objetivos. Estamos en una sociedad donde se invierte tanto en la inteligencia intelectual (teorías y conceptos) y nada o muy poco en la inteligencia emocional (imaginación, voluntad, disciplina, enfoque).
Ahorita mientras estás leyendo esto, se están colocando en internet información para alcanzar el peso que deseas. También se están creado aplicaciones móviles que te indican hasta las calorías de un alimento tan sólo con escanear el código de barras del producto o tomarle una foto al alimento. En fin, la teoría o información nunca antes había estado tan disponible como ahora. Sin embargo, a pesar de toda esta facilidad, hay más sobrepeso y obesidad en el mundo. ¿Por qué? porque hay algo que no pueden explicarte con los libros o con internet: cómo controlar tus emociones.
¿Quieres que te cuente un secreto? y con esto termino. A pesar de que estudié nutrición durante 5 años, más 2 años de maestría, eso no me garantiza que me mantenga en mi peso por los siglos de los siglos. La teoría la manejo, pero no es suficiente. Por eso es que considero que un nutricionista, más allá que decirte lo que debes comer o cómo hacerlo, debería desempeñar un papel de coach para apoyarte (no juzgarte) y motivarte hasta que alcances tu meta.
Como decía Albert Einstein: "...la imaginación es más importante que el conocimiento".
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