El pensamiento negativo va mucho más allá de la mente. La influencia que tienen las ideas de desánimo están muy vinculadas con el plano del sentimiento y también, de la acción. El pensamiento negativo produce sentimientos que cuando tomamos conciencia de ellos, podemos darnos cuenta de lo importante que es cultivar nuestra mente con creatividad. En este artículo, explico los sentimientos que son como un efecto secundario directo de una idea negativa.
Efectos secundarios del miedo
El miedo es ese temor que aparece como un fantasma cada vez que nuestra mente nos pone sobreaviso de aquello que puede pasar. Sin embargo, el pensamiento negativo se define por esa capacidad que tenemos de ponernos siempre en lo peor, incluso, antes de tiempo. El pensamiento negativo cuando es repetido también puede provocar angustia puesto que llega un momento en el que la persona se siente encerrada en un círculo vicioso del que ya no sabe cómo salir porque las ideas tienen tal fuerza que llegan a eclipsar incluso a la propia realidad. Cuando se roza el plano de la angustia, es aconsejable pedir ayuda psicológica y hacer una terapia.
El desánimo es otro de los sentimientos que surge por pesimismo. Y es que, el sujeto se hace una pregunta directa que es también resultado del temor: ¿Para qué voy a intentarlo si no me va a salir bien? ¿Para qué tanto esfuerzo si no merece la pena arriesgar? Y entonces, nos damos por vencidos antes de tiempo haciendo realidad la profecía autocumplida.
El pensamiento negativo produce desconfianza que puede vivirse en distintos contextos: desconfianza hacia la vida, hacia los amigos o también, hacia uno mismo. Y sin duda, ser feliz desde el marco de la desconfianza es un reto muy complicado porque supone convivir con la ansiedad constante.
Una persona que observa la vida en pesimismo ve muchos obstáculos para llegar a la meta, tantos que ya se ha cansado incluso antes de dar el primer paso. Esto hace que el estrés sea una dificultad añadida en la consecución de cualquier objetivo de desarrollo personal.
Cuando estamos en negativo nos sentimos más solos que cuando pensamos en positivo y conectamos mucho más con los amigos y con la gente que nos rodea. Tenemos una visión más en color rosa del mundo. Por el contrario, en términos de colorterapia, el pensamiento negativo se asemeja más al color gris.
Te hace sentir diminuto, indefenso y desprovisto de cualquier valor ante aquello que te asusta. Tienes una interpretación de la realidad que no se ajusta al cien por cien a la realidad de los hechos, sin embargo, cuando estamos en negativo nos resulta muy difícil dudar de nuestra propia percepción interior al ser tan intensa.
Pensar en negativo te cierra puertas
Así es como te hace sentir el hecho de pensar en negativo. Una idea es inmaterial pero es como una descarga eléctrica que enviamos a todo nuestro cuerpo. Cuando pensamos en negativo vivimos sensaciones que nos condicionan y que las vivimos como muy reales.
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