No tengas miedo a ser diferente. Rodéate de aquellos que respeten y valoren tu forma de ser y que no pretendan cambiarte ni que seas la copia de otra persona.
La gente diferente rompe esquemas, viste con las tonalidades del desafío y ve la vida con esa pincelada de color que tanto nos alegra, que tanto nos contagia con su forma de ser.
Como ya dijo Coco Chanel en su momento, “para ser irremplazable uno tiene que ser capaz de ser diferente” y, lo creamos o no, esto es algo muy difícil de llevar a cabo, porque quien destaca o se atreve a tener voz propia siempre acaba siendo señalado.
No obstante, la vida siempre será más apasionante si nos atrevemos a dar el paso y, sobre todo, a romper esa necesidad de “ser todos iguales”: todos con un mismo físico, con el mismo estilo de vestir y con los mismos pensamientos.
No vale la pena, no es saludable ni tampoco nos traerá la felicidad. Ser único es una virtud que cada uno de nosotros deberíamos alcanzar.
Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Cuando ser diferente nos produce miedo
Todos nosotros tenemos múltiples necesidades interiores, voces, intereses, sueños y deseos que no nos atrevemos a exteriorizar. Tememos que los demás se sorprendan o, peor aún, que nos rechacen.
Nuestra educación y, en ocasiones, los entornos en los que nos movemos son muy poco facilitadores y, ante todo, nada respetuosos con lo “diferente” o lo no establecido.
Un determinado modo de vestir, unos valores, unas ideas políticas, una orientación sexual determinada, las amistades o las aficiones pueden ser aspectos que no nos atrevamos a demostrar por miedo.
Por temor a ser rechazados.
No es lo adecuado. Quien no se atreve a mostrar al mundo sus necesidades y su identidad, acaba viviendo la vida de los demás y nunca la propia, la que uno mismo siente y ansía.
Vale la pena pensar unos momentos en las siguientes dimensiones. |
El duro “guion de la vida”
La realidad es como es y, lo queramos o no, la mayoría de nosotros intentamos siempre encajar con el “guion de la vida”.
Es decir, como grupos sociales y como individuos que deben encajar en la sociedad, siempre nos esforzamos por ser iguales al resto. De este modo, conseguimos integrarnos y ser aceptados.
La aceptación nos ofrece equilibrio y, a su vez, esas recompensas emocionales por parte de los demás.
Nuestros padres, por ejemplo, se alegrarán si aceptamos el trabajo que ellos nos recomiendan, si estudiamos lo que ellos tenían previsto.
Nuestros amigos se alegrarán también si les acompañamos a esa fiesta que, a pesar de no encajar con nuestros gustos personales, aceptamos experimentar.
Si nos damos cuenta, nos pasamos gran parte del tiempo intentando encajar en el “guión de la vida” posponiendo muchos de nuestros deseos, gustos e inquietudes solo porque son demasiado diferentes a lo que se espera de nosotros.
Ahora bien… ¿Adónde nos lleva todos estos comportamientos?
- Nos alejamos de nuestra propia identidad.
- Dejamos de reforzar nuestro autoconcepto para construir un falso salvavidas con el cual ir arrastrados a la deriva de los demás para sobrevivir.
¿Defecto de fabricación? |
Hemos de tenerlo claro: si nos limitamos a sobrevivir para encajar en el guion de la vida que los demás marcan para nosotros, no estaremos viviendo, esa vida no será real.
Será una farsa con la cual tarde o temprano llegarán las crisis personales y las depresiones.
No seas un “personaje” que vive tras una máscara: sé libre
Quién más y quien menos lleva su propia máscara. En ocasiones nos la colocamos para disimular nuestras tristezas, para aparentar fortaleza ante nuestros hijos, ante los amigos.
Hay máscaras necesarias, pero muchas de esas corazas invisibles ocultan en realidad una alta frustración. La frustración por no ser como deseamos de verdad, la infelicidad por no poder hacer lo que deseamos.
Así pues…¿Por qué no atrevernos a ser diferentes? Lejos de verlo como un peligro, intenta asumirlo como una oportunidad. No importa la edad que tengas, no importa lo que ahora mismo te envuelva cada día.
Ser diferente es una inversión personal que te permitirá sin duda disfrutar de una mayor energía personal, de más vitalidad, creatividad y por supuesto, de una mayor felicidad.
Para conseguirlo y dar el paso, no dudes en rodearte de personas que te permitan, por encima de todo, ser tú en toda tu esencia. Evita a quien te juzga, a quien no te acepta, a quien arquea una ceja cada vez que dejas caer un comentario original y divertido.
Aléjate de quien no entiende tu sentido del humor y te juzga, de quien te pone muros cada día cuando, en realidad, tú deseas caminos libres por donde reluzca el amanecer y ese horizonte lleno de oportunidades por donde, cada día, pasan trenes que llevan tu nombre.
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Qué hermoso artículo!!!! Siempre fui y me sentí diferente, aunque tal vez no me animaba a exponerlo al 100% antes y sin embargo eso se notaba en todos los ámbitos en que estaba, ahora si, no me importa lo que piensen los demás y que me miren como un "bicho raro", es más, lo disfruto toalmente, ni una máscara para aparentar ni para falsear lo que no es ni lo que no soy. Y me divierto haciendo muchas cosas que la gente considera prohibidas, por la edad, por creencias, por condicionamientos religiosos, etc...etc... Me encantó. Muchas Gracias ♥
ResponderBorrarTe agradezco el comentario, por eso eres diferente a los demás... a los que no comentan.
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