El mundo siempre puede adquirir de pronto un matiz más bonito, reluciente y motivador si tienes a tu lado a la persona apropiada. Sabemos que no es fácil establecer vínculos y relaciones afectivas que de verdad logren enriquecer nuestra vida, pero no por ello debemos darnos por vencidos. El amor siempre merece la pena.
Es común también que llegue un momento a lo largo de nuestra madurez en el que dejemos de valorar tanto la belleza física, porque aprendemos que lo que cuenta de verdad, lo que nos permitirá crecer, es dar con alguien que sepa armonizar con nuestros valores y dé luz a la convivencia cotidiana, a los pequeños detalles.
Hoy en nuestro espacio te invitamos a reflexionar sobre ello.
El mundo siempre es más bonito con las personas adecuadas
Las relaciones positivas son aquellas que por encima de todo respetan espacios, opiniones, juicios y valores y, además, favorecen nuestro crecimiento personal.
Encontrar el compañero de vida adecuado requiere sin duda equivocarse más de una vez, pero, a medida que avanzamos y somos plenamente conscientes de lo que queremos y lo que no, encontraremos a la persona idónea.
Toma nota ahora de qué características deben tener esas personalidades capaces de dar brillo a nuestro mundo, de hacerlo más bonito.
Quien te quiere no te juzga
Seguro que en tu círculo social tendrás a las clásicas personas que sancionan tus actuaciones, que se atreven a juzgar tus palabras como si ellos mismos fueran poseedores de verdades universales.
Las personas que enriquecen tu mundo no juzgan. Atienden y aconsejan, pero no castigan con sus palabras ni usan la ironía como mecanismo de control y manipulación.
El apego saludable que no limita
Las relaciones saludables están basadas en un apego que nos permite crecer en pareja y de forma individual. Ahora bien, en el otro lado de la balanza estarían sin duda estas dimensiones.
- El apego ansioso define a aquella persona que teme ser abandonada, que busca controlar en cada momento porque su relación está basada en la inseguridad y en una baja autoestima.
- El apego distante, por otro lado, es aquel donde solo hay frialdad, no existe el apoyo y se caracteriza por un interés egoísta donde una de las partes sufre mucho ese vacío físico y emocional.
Mismos valores y respeto de las diferencias
Una pareja feliz, estable y madura no tiene por qué coincidir en todo. Hay diferentes intereses, aspiraciones y hasta aficiones; incluso nuestra personalidad puede ser algo distinta, pero algo en lo que es necesario coincidir son los valores.
- Los valores son los que nos unen en los mismos proyectos vitales, los que armonizan nuestras emociones, principios y espacios personales.
- Una pareja que respeta sus diferencias y que se enriquece además con lo que uno puede aportar al otro son personas que crean un mundo mucho más bonito. Hay armonía.
Se respeta y se favorece el crecimiento personal
Algo que suele ocurrir en muchas relaciones de pareja es que llega un momento en que se empiezan a limitar muchas aspiraciones personales e incluso espacios que antes nos identificaban.
- Es común que dejemos a un lado determinadas aficiones, amigos e incluso sueños personales.
- Aquellos que respetan el espacio personal de la pareja confían en el otro, lo que permite que sigan siendo los mismos con cada una de sus pasiones, relaciones sociales y aspiraciones profesionales.
- A su vez, el acto de favorecer los espacios personales es una forma de invertir en el propio espacio común de la pareja. Una persona feliz por lo que es se convierte en alguien que puede enriquecer mucho más la relación.
Empieza haciendo bonito tu propio mundo
Te hemos hablado de lo idóneo que resulta encontrar a una persona que sepa hacer de tu día a día un escenario más interesante, intenso y hermoso.
Ahora bien, llegados a este punto tampoco podemos olvidar un punto esencial: no dependas de los demás para encontrar tu felicidad, empieza por crear la vida que de verdad quieres vivir, la que te identifica.
- Uno de los estudios más famosos de nuestra historia es el llamado "Gran Study". Duró cerca de 70 años y su propósito era averiguar cuál era el origen de la auténtica felicidad.
- La conclusión a la que se llegó la podemos adivinar: para la mayoría de la gente el hecho de “amar y ser amados” es sinónimo de felicidad absoluta.
- Ahora bien, hemos de tener en cuenta que si focalizamos nuestra vida solo en esta búsqueda, en la de amar y ser amados, nos olvidaremos de un pilar muy importante: la necesidad de amarnos a nosotros mismos.
Sentirnos amados es sin duda algo muy hermoso, pero en ocasiones esa búsqueda nos puede llevar toda la vida, así que lo mejor es empezar hoy mismo a hacer bonito nuestro mundo, seamos como seamos: jóvenes, maduros, altos, bajos, solteros o parejas de personas maravillosas.
Empieza por desearlo, empieza por ilusionarte con nuevos proyectos ahí donde tú seas siempre el auténtico protagonista de tu teatro de aventuras. La vida contigo es un lugar maravilloso.
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