A día de hoy, la figura de una mujer soltera sigue
percibiéndose con inquietud en muchas culturas. No hace mucho te
hablábamos en nuestro espacio del caso de las mujeres chinas que, al no haber
encontrado marido antes de los 25, eran vistas por sus familias y la propia
sociedad como “mujeres sobrantes”.
En otros países se dan situaciones parecidas, a un nivel
distinto, eso sí, pero con la misma atribución negativa ante esa mujer que,
lejos de buscar o de proceder a un enlace que no desea, elige la soltería como
estado.
Helen Fisher es una antropóloga con un gran
prestigio en el estudio de las relaciones afectivas y la figura de la
mujer en la cultura. En su libro “El primer sexo”, ensalza ya el papel de esa
mujer que no se siente obligada a tener marido, y que alcanza sus
triunfos personales en la sociedad.
Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Ser soltera en sociedades muy patriarcales y en familias
muy matriarcales
Aquí encontramos una curiosa dualidad. A día de hoy seguimos
viendo países donde el peso del hombre sigue siendo muy patriarcal (por
ejemplo, China, India…), en los cuales, una joven debe
buscar un enlace matrimonial que sirva a su propia familia, y a su padre, para
mantener un estatus social.
Ahora bien, en otros países, sin embargo, la presión de la
mujer a la hora de buscar marido viene muchas veces por la figura de esa madre
que desea la ampliación de su familia y la creación de un legado.
La mujer que desea nietos, o que desea ver a su hija
“con la vida hecha” unida a un marido con un buen trabajo son
imágenes que, aunque tradicionales, siguen viéndose en nuestra modernidad de
forma habitual.
Por ello, es importante reflexionar durante unos instantes
sobre estas dimensiones.
Parejas que vienen y van
En la actualidad, la mayoría de personas tienen claro que no
resulta tan sencillo conseguir una pareja para toda la vida. Las
parejas, como el propio crecimiento personal, avanzan, cambian y mejoran, y en
ese viaje, es común tener más de un compañero afectivo.
- Es
un hecho aceptado que podemos pasar épocas maravillosas junto a una
persona, para más tarde, dar por finalizada esa relación y vivir una nueva
etapa en soledad sintiéndonos igual de satisfechas.
- Ambos
instantes se pueden vivir con la máxima plenitud, siempre y cuando,
nuestro contexto social más cercano sea respetuoso y no presione, ni critique.
- La
libertad personal es un don que lamentablemente no se cultiva en
muchas culturas y, a día de hoy, podemos leer noticias aún que nos
sorprenden sobre niñas y jóvenes que son vendidas para constituir enlaces
muy similares a mercancías económicas.
- La
mujer no es una mercancía, y su figura no debe verse como
“incompleta” por no tener un marido al lado.
Todos somos seres completos que nos limitamos a seguir
avanzando, creciendo para que, poco a poco, nuestro espejo refleje aquello que
deseemos ser. Con o sin pareja.
Ser soltera y “no buscar”
Otro hecho muy común que suele verse hasta en las sociedades
más avanzadas es caer en la idea de que si una persona está soltera, sea hombre
o sea mujer, está casi obligado a buscar a su nueva “media naranja”.
- Queda
claro que cada persona puede hacer lo que desee, puede buscar si así lo
quiere, pero también puede optar por no hacerlo y permitir, sencillamente,
que la vida le traiga lo que tenga que ser.
- Mientras,
puede limitarse a ser feliz, a disfrutar de sus relaciones
sociales, de su familia, de su trabajo. No hay necesidad de búsqueda,
porque solo se ansía ser la persona que uno mismo desea ser.
- Ese
equilibrio y esa tranquilidad interna ofrecen una gran plenitud y felicidad.
De este modo, además, pueden llegar a construirse
relaciones afectivas más maduras, donde ambos cónyuges se encuentran en
libertad el uno al otro sintiéndose completos, sin miedos ni vacíos que el otro
deba cubrir.
La mujer en la actualidad
Volvamos una vez más a obtener algunas referencias sobre las
teorías de Helen Fisher. La célebre antropóloga escribió su libro “El primer sexo”
como pequeña crítica al famoso libro de Simone de Beauvoir, “El
segundo sexo”.
- En
él, nos refleja una serie de ideas donde se anima a la mujer a confiar en
sus propias capacidades para alzarse como líder en sus contextos
personales.
- Según
Helen Fisher, las mujeres disponen de un cerebro más intuitivo y
empático que puede ser de gran utilidad en el contexto laboral y
organizativo, de ahí que se deba luchar por ello.
- La
mujer debe encontrar su felicidad de la forma que desee, con pareja,
sin pareja, con familia numerosa, sin hijos,
con un buen trabajo o con un trabajo sencillo que le aporte mayor
tranquilidad.
Lejos también de pensar en si “somos o no el primer
sexo”, basta solo con ser personas que nos respetemos las unas a las otras para
crear una sociedad más libre, y con las mismas oportunidades para todos.
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