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El secreto para ser más feliz

Es muy fácil aceptar que debemos gestionar nuestras emociones para vivir mejor; lo difícil es aprender a hacerlo. Hoy disponemos de indicios más que suficientes que nos sugieren que podemos confiar en nuestra intuición y que, lejos de reprimir las emociones, debemos dejarlas emerger. Una vez que hemos asumido esto, antes de ser capaces de gestionarlas, debemos identificarlas y ponerles nombre.

Ahora permítanme que les dé una buena noticia: hoy disponen ustedes de una guía con la que poder hacerlo. Yo mismo, junto con el catedrático de Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Barcelona, Rafael Bisquerra, y con Ana Gea y Víctor Palau, del estudio de diseño Palau Gea (en Valencia), he lanzado Universo de emociones, un inventario que agrupa, ordena y define más de 300 emociones -y podrían ser todavía muchas más- y las pone en el contexto del aprendizaje social y emocional.

Es el primer libro sobre los antecedentes de las emociones en España y, seguramente, la obra más sorprendente y rentable que he leído en los últimos años, la cual surgió de la idea original de los diseñadores valencianos. En sus páginas, el lector puede encontrar las galaxias del miedo, las de la ira, las de la tristeza, las de la alegría, las del amor y de la felicidad por separado. Las emociones se agrupan dentro de cada una y se representan e interrelacionan de modo gráfico.

Los mejores científicos me han revelado que el futuro es multidisciplinar. Ellos saben que si no meten sus narices en otras disciplinas fracasan. «Eduardo, los que más me han enseñado son los que no sabían nada de lo mío», me espetó en una ocasión el gran Sydney Brenner. Y este mapa de las emociones es un clarísimo ejemplo de trabajo multidisciplinar donde confluyen el arte, el diseño, la creatividad, la ciencia, la psicología y el entretenimiento. Así que ya lo saben: identifiquen lo que sienten, pónganle nombre y aprendan a gestionarlo. Ya no tienen excusa para no hacerlo.

¿Quiénes son?
Eduardo Punset, divulgador científico, economista, abogado y director del programa Redes, de TVE; y Rafael Bisquerra, catedrático de Orientación Psicopedagógica y director del Posgrado en Educación Emocional y del Máster en Inteligencia Emocional de la Universidad de Barcelona.

¿De dónde vienen?
Ambos crecieron en un ambiente rural, en la posguerra. Bisquerra nació en Artà (Mallorca) y Punset, en Barcelona, aunque pasó la mayor parte de su infancia en pueblos de Tarragona como la Viella Baixa (Priorat), o Vila-seca y Salou, en la costa, donde su padre era médico rural.

¿Qué han aportado?
Con sus charlas con científicos y psicólogos, Punset trajo a España el aprendizaje emocional. Bisquerra fue el primero en conseguir que la inteligencia emocional irrumpiera en la academia, donde hoy es objeto de asignaturas y másteres en carreras como Psicología.

La anécdota
Universo de emociones se gestó entre aeropuertos. De camino a conferencias y grabaciones de Redes, mi ayudante y productora, Magdalena Vargas, y yo empleamos las esperas en recitar emociones, listarlas, definirlas y ponerlas en relación unas con otras.

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