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Identifica al Victimista Manipulador

Existen muchas situaciones diferentes que pueden producir un conflicto personal. A veces, la manipulación puede proceder por parte de alguien aparentemente vulnerable como una víctima que se victimiza por una situación que perpetúa en el tiempo. Es decir, la víctima se nutre de la lástima para despertar la compasión de los demás.

Con mucha frecuencia, el entorno tiende a la compasión y la sobreprotección de aquella persona que se posiciona como una víctima. De este modo, sus comportamientos se prolongan en el tiempo sin una mínima autocrítica. Es decir, a veces, a la víctima se le disculpa todo, se le justifica cualquier actitud porque no está pasando por un buen momento. Sin embargo, esta indulgencia constante puede dar lugar a una actitud caprichosa e infantil.

El significado de victimización en este artículo no está relacionado con el caso objetivo de una persona que ha pasado por una situación difícil, sino con la actitud de quien se posiciona siempre en un rol de inferioridad respecto a los demás. ¿Cuáles son los rasgos habituales de un comportamiento de este tipo? El victimista manipulador es aquella persona que ofrece señales contradictorias e imprecisas a los demás, es decir, se queja constantemente, sin embargo, no ofrece una demanda concreta de aquello que quiere.

El victimista manipulador también tiene el poder de hacer sentir culpables a los demás por ser como son. Es decir, por no darse cuenta de algo que parece que no alcanzan a entender cuando en realidad lo que ocurre es que el victimista está delegando en los demás frustraciones propias. Por esta razón, es muy posible experimentar tristeza y frustración al mantener una relación habitual con un victimista manipulador.

Las personas victimistas que manipulan también lo hacen porque realizan un juego psicológico constante de una acción de premio con otra de castigo. Por ejemplo, te hace regalos caros, pero por otra parte, te muestra una constante insatisfacción, no deja de decirte lo infeliz que es sin que te des cuenta.

El victimista manipulador alimenta la culpa y el sufrimiento en los demás. Hay personas que se quejan porque han descubierto en este tipo de comportamiento algún tipo de ventaja, por ejemplo, ser el centro de atención de los demás. Sin embargo, esta forma de ser el centro no es saludable. Porque los demás experimentan muchos sentimientos contradictorios hacia quien se comporta de este modo. A veces, identifican los puntos débiles de los demás para establecer relaciones de dependencia.

El victimista tiene un disco rayado. No importa lo que digas o hagas. Siempre te hará sentir que tú tienes parte de responsabilidad en su propia frustración existencial. Si en tu entorno identificas una persona con este perfil puedes mostrarle tu apoyo para emprender alguna acción de ayuda personal, por ejemplo, hacer una terapia psicológica. Sin embargo, no estás allí para escuchar una y otra vez los mismos dramas.


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