La indecisión produce mucho sufrimiento a aquellas personas que antes de tomar un paso en su vida, consultan consejos y opiniones con gente del entorno. Es como si buscasen una seguridad extrema, una seguridad que no existe en la forma que desean puesto que aspiran a la unanimidad de criterio como principal referencia para dar un paso determinado.
Si estás pasando por una situación de estas características, tienes que empezar a dar más peso a tu criterio porque vivir en la eterna búsqueda de algo externo a ti mismo, puede producirte mucho sufrimiento. ¿Cómo acabar con la eterna indecisión?
Entrena con los detalles sencillos
Las personas indecisas pueden serlo incluso con los aspectos más superficiales, por ejemplo, con qué plan hacer el fin de semana o qué película ver en el cine. Por tanto, si te consideras alguien indeciso comienza a entrenar en esos detalles. Decide qué obra de teatro quieres ver el próximo fin de semana, qué destino de vacaciones quieres disfrutar el próximo año, con quién te apetece quedar el próximo domingo, qué curso quieres hacer en otoño… Para ganar autoconfianza en decisiones complejas puedes comenzar por implicarte en temas más superficiales en los que no sientes que arriesgas tanto si te equivocas.
Qué te aporta y qué te quita la indecisión
Reflexiona sobre esta cuestión. ¿Qué te aporta la indecisión? La seguridad de estar en la zona de confort te lleva al apego de lo conocido y te mantiene en esa línea en la que todo transcurre dentro de los márgenes previsibles. Este rol te lleva a posicionarte en una actitud infantil al buscar la protección en el otro. En algunos momentos, todos añoramos aquella etapa de la niñez en la que nuestros padres, abuelos y entorno próximo nos cuidaban sin que nosotros tuviésemos que preocuparnos por nada más que por jugar.
Este rol de protección en la etapa adulta puede ser placentero en algunos instantes pero no en todos ya que como persona adulta tienes que tomar tus propias decisiones. Tu vida y tu camino son experiencias que dependen, principalmente, de ti.
Asume la ley de la elección
Cuando abres una puerta en tu vida, cierras otra. Esto es así. Nunca vas a poder tomar una elección que no suponga cerrar otras puertas. Es recomendable que tengas claro este punto porque así te vas a complicar menos mentalmente. Es imposible conocer todas las opciones y sus efectos. Vivir es arriesgar. Tenlo presente. ¿Cómo vamos a saber qué puede pasar mañana si actuamos de determinada manera cuando en realidad no podemos tener certeza de que estaremos aquí?
Si desde hace un tiempo te estás debatiendo en la toma de una decisión, es recomendable que te pares a pensar y medites sobre estas preguntas: ¿Qué es lo peor que puede pasarte en caso de que te equivoques? ¿Qué opciones contemplas? ¿Qué camino te motiva más? ¿Qué camino te produce emociones que te ilusionan?
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