"Estoy en contra de todas las manías porque las manías atraen a las personas que tienen una mentalidad obsesiva. Las manías se convierten en lugares donde se ocultan las personas que están dementes. La gente anormal se oculta tras manías y crea sistemas, teorías y dogmas para racionalizarlas.
Yo vivía con una mujer. Era una mujer encantadora pero estaba casi loca por la limpieza. Se pasaba todo el día limpiando la casa, todo el día decorándola, y sin ningún objeto porque nunca permitía que nadie entrara en la casa. Si acudía alguna visita la recibía en el césped.
- Está usted continuamente limpiando y decorando su casa --le preguntaba yo--, pero observo que nunca deja entrar a nadie.
- Es que la gente lo ensucia todo.
- Entonces, ¿qué sentido tiene todo eso?
- La limpieza --decía-- está cerca de Dios.
Esa mujer estaba loca. La limpieza se había vuelto meramente un lugar donde ocultarse. Se había convertido en un ritual. Se mantenía ocupada limpiando todo el día. Toda su vida se reducía a pasarse todo el día limpiando, era un completo desperdicio. Pero no puede decirse que la limpieza sea algo malo; la limpieza es buena. Así que ella tenía razón. Estaba loca, pero con una racionalidad perfecta. Ni siquiera su marido podía entrar en el salón. Y ella jamás se permitió tener un niño, porque los niños son sucios y crean problemas y lo desordenan todo. Su vida entera se encontraba sacrificada ante el altar de la limpieza.
Le dije: - Desde luego, ha demostrado usted que la limpieza es lo siguiente después de Dios. Ha hecho usted de ella un altar de Dios y está sacrificando toda su vida por ella.
Pero ella decía: - ¿Estoy equivocada?
No puede decirse que esté equivocada. La limpieza es buena, es higiénica; pero hay un límite. El maniático siempre sobrepasa el límite. En lo más profundo de su interior está lleno de problemas.
- Haga usted una cosa --le dije--: no limpie la casa durante tres días. Si puede permanecer cuerda durante tres días sin limpiar la casa, yo también me uniré a usted y limpiaré su casa el día entero.
- ¿Tres días sin limpiar? --dijo--. Eso es imposible, me volvería loca.
¡Y es que estaba ya loca!
Así que siempre que haya una manía detrás de la cual alguien se oculta, sea cual sea esa manía... yo estoy en contra de ella. Estoy en contra de las actitudes obsesivas".
Osho, De la medicación a la meditación
¿Te gustó el artículo?
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu opinión sobre el artículo.