Al igual que los hombres cuando son infieles, nosotras también damos señales -que quizás son inconscientes- sobre lo que estamos haciendo. Quizás, la única diferencia radical que tenemos entre hombres y mujeres es que nosotras somos más cuidadosas. Mucho más sigilosas y nuestras señales pueden parecer un poco más confusas. Además, tenemos la “suerte” de que los hombres no ponen demasiada atención sobre nuestro atuendo, la forma que tenemos de maquillarnos y a lo más, si nos ven con conductas medio extrañas, van a pensar que estamos en nuestros días o que andamos “hormonales”.
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